A pesar de las cada vez mas fuertes trabas impuestas por el Gobierno a las importaciones, el mayor grupo productor de champagne del mundo se anima a traer una nueva marca de lujo al país. Se trata de Moët Hennessy Argentina, la filial local de Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), dueño de los champagnes Dom Pérignon, Moët & Chandon, Krug y Veuve Clicquot, entre otros. Y que también produce Chandon y Baron B, los vinos Terrazas de los Andes y Cheval des Andes, el whisky Glenmorangie, el vodka Belvedere y el cognac Hennessy.

Aprovechando el fuerte crecimiento del mercado de lujo local a pesar de las barreras a las importaciones, el holding francés sumará Ruinart a su portfolio local. Se trata de un champagne que en Francia es líder y que compite en el segmento de alta gama. En Argentina, también será posicionado en el mismo segmento.

Fundado en 1729 por Nicolas Ruinart, este producto debe su nombre al tío del fundador, el monje benedictino Dom Ruinart, amigo de Dom Pérignon, otro apellido que identifica a las marcas top de Moët.

El mercado local de lujo ofrece un entorno favorable, aseguró Ramiro Otaño, director General de Moët Hennessy Argentina, nombre que a partir de 2009 identifica a la ex bodega Chandon. Se trata de una empresa cuya facturación anual -según la revista Forbes Argentina- alcanza los u$s 135 millones y que posee viñedos por 1.330 hectáreas.

Para Otaño, el consumo de champagne ofrece cifras altamente positivas y que permiten pensar en seguir apostando con nuevas marcas y estrategias.

Consultado por la llegada de Ruinart a la Argentina, el ejecutivo confirmó la noticia aunque aclaró que se comenzará comercializar a partir del 2012.

Podemos encarar estas estrategias de expansión con nuevas marcas importadas porque producimos en la Argentina y porque nuestra balanza comercial es superavitaria. De hecho, exportamos el 20 % del volumen de lo que produce en Argentina, agregó Otaño.

Recientemente mudado a sus nuevas oficinas en una casona estilo francés ubicada en la zona porteña de Barrio Parque, el máximo ejecutivo de la productora local de Chandon explicó que Ruinart se venderá localmente a un valor de $ 500 la botella y que la decisión de importar esta marca se debe a que queremos completar la cartera de marcas de lujo que Moët produce a nivel global, en especial porque vemos que este mercado en la Argentina viene creciendo a un ritmo del 20% al 30% anual.

De lo que exporta desde Argentina, el principal destino de Moët Argentina es América Latina, principalmente Brasil, Chile y Paraguay, donde exporta los champagnes de Chandon y los vinos Terrazas de los Andes y Latitud 33´. Otros mercados importantes son Europa y los Estados Unidos, donde comercializa los vinos Terrazas de los Andes y el vino de alta gama Cheval des Andes.

El consumo de champagne sigue creciendo, si bien a un menor ritmo que el 2011, pero estimanos que el año lo finalizará con una expansión no menor al 5%, aseguró Otaño. Por eso, además de sumar Ruinart a su portfolio, el ejecutivo anticipó que por estos días lanzarán el Dom Perignon 2003, un champagne que se acerca a los $ 1.300 por botella.

En el caso del Ruinart su precio rondará los $ 500 por botella y debe su nombre al teólogo francés Dom Thierry Ruinart, instalado en Saint-Germain des Près e introducido en la corte, que animó a su familia de Reims a diversificar sus negocios y producir un nuevo vino espumoso que comenzaba a elaborarse en la región.