El informe resalta que las escasas lluvias de enero prolongaron la seca iniciada en diciembre. La ausencia de precipitaciones “atacó con precisión quirúrgica las zonas maiceras más importantes en el momento más sensible del cultivo”.

Sobre el maíz, agrega que el rinde será de 55,7 quintales y que unas 900 mil hectáreas “no entrarán al circuito comercial”.

 

Al referirse a la soja, señala que al 20 de enero (“fecha en la que comienza el período de definición de los componentes de rinde”) había un balance hídrico muy deficitario.

A su vez, agrega que las lluvias que comenzaron hacia el 8 de febrero no salvaron el cultivo pero “dieron un piso a las pérdidas de rindes”.

Por último, puntualiza un rinde nacional promedio de 24 quintales y una superficie no cosechable de 240 mil hectáreas.