Aún cuando las lluvias de mediados de enero descomprimieron la grave crisis hídrica en todo el territorio cordobés, para el norte provincial, los efectos previos de la sequía y el intenso calor ya dejan efectos altamente negativos para la producción y la economía de numerosas ciudades y pueblos.
Un trabajo elaborado por el Centro de Información Técnico Económica Agropecuaria (CITEA) de la SRJM, que relevó la situación productiva de los 5 departamentos del norte de la provincia, indica al día 28 de enero del corriente que sobre una superficie de un millón de hectáreas, de las cuales 300 mil son destinadas a maíz y 700 mil a soja, las pérdidas han sido significativas.
El trabajo consigna que las pérdidas cuantificadas representan 2,5 toneladas menos de maíz por hectárea y 1,2 toneladas de soja menos por hectárea.
La consecuencia de estas contracciones implican que el norte de Córdoba ha perdido ya 300 millones de dólares en producción agrícola, cifra que deja de circular en toda la región, con menos compras, problemas en las cadenas de pagos y menor actividad económica general.
Esta situación impacta también en el transporte, con una pérdida de unos 60 millones de dólares. O lo que es más gráfico, nada menos que 53 mil viajes con cargas que no se van a realizar, con la merma y el perjuicio para camioneros y mano de obra directa e indirecta que no producirá la derrama económica regional.
Tan fuerte es el impacto económico para el comercio, la industria, el transporte y las actividades generales de la producción que las cifras mencionadas equivalen a 13 hospitales de alta complejidad, o a 260 kilómetros de pavimento, o por caso 4 mil viviendas familiares.
Lo anteriormente expuesto es una muestra por demás gráfica del ya irreversible cuadro para la economía de la toda la región, sin tomar en cuenta las variables climáticas para los meses venideros, los que podrían agravar aún más este cuadro.
La Sociedad Rural de Jesús María, hace pública su enorme preocupación, no solo por las pérdidas económicas de la producción agrícola y ganadera en general, sino también por la fuerte contracción que ésta situación generará en las economías regionales de toda la porción norte de la provincia de Córdoba.
Habrá menos ventas en los comercios, menos viajes transportando granos, menos mantenimientos de camiones y maquinarias, muchas menos compras de insumos agropecuarios y no agropecuarios, menor consumo de bienes y servicios en general y un consecuente decrecimiento de los indicadores económicos.
Hacemos un llamado a la reflexión de todos los actores de la cadena económica, al sector oficial y a toda la comunidad, para evaluar las pérdidas generales que la sequía y el calor han generado, y establecer un análisis de la realidad de toda la región a corto y también a mediano plazo.