La visita presidencial a la sede de Coninagro, una de las cuatro instituciones que componen la Comisión de Enlace, constituye un hecho inusual que podría introducir cambios en la impiadosa relación que viene desarrollándose entre la administración nacional y el agro, que tuvo su punto culminante en julio de 2008, con motivo de la derrota política que significó para el Gobierno el rechazo en el Senado de la Resolución 125 sobre retenciones móviles a las exportaciones granarias.

La presencia de Cristina Kirchner no fue un simple trámite. Consistió en una extensa reunión, incluida una conversación con el presidente de la entidad, seguida de un almuerzo con la junta directiva de la institución. La elección de Coninagro se explica por su base cooperativa y también por las gestiones recientes destinadas a encontrar un sistema de comercialización del trigo y el maíz que destrabe el absurdo intervencionismo que mantiene atrapada la comercialización en el exterior de tan importantes productos.

Manifestó la Presidenta que la pelea entre el Gobierno y los productores no le sirvió a ninguno de los dos sectores, aunque destacó que la política oficial no tendrá cambios y mantendrá la intervención estatal que tanto perjudica al campo. Hizo una fuerte defensa de la actuación del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de quien destacó que cumple con su deber con honestidad, demostrando así que no hay dudas acerca del origen de sus discutidas actuaciones, que cuentan con la anuencia presidencial.

Tanto el presidente de la Sociedad Rural Argentina como su par de Confederaciones Rurales Argentinas consideraron positiva la reunión, entendiendo que podría representar la iniciación de un diálogo constructivo. Diferentes fueron las expresiones del recientemente reelegido presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, quien destacó que lo ocurrido es solamente un gesto y nada concreto en materia de políticas ante un sector que se encuentra cada día peor. Fuera del ámbito de la erosionada Comisión de Enlace, se conoció un durísimo comunicado de los "autoconvocados" sobre Coninagro por esa visita y sobre la política rural del gobierno nacional.

Al margen de la posibilidad de iniciar un diálogo, hay que recordar los reclamos de vitales sectores de la comunidad rural. Los productores de trigo y maíz siguen sin lograr una solución para las erróneas consecuencias de la decisión gubernamental de escindir el consumo interno de la exportación, bajo cuya tutela está resultando inviable la venta de 2,6 millones de toneladas de trigo y 5 millones de maíz. Tan importante cantidad de grano almacenado en silos bolsa, según se denuncia, ha comenzado a descomponerse.

El camino elegido por el Gobierno en el orden interno tampoco ha resultado conveniente ya que el precio del pan triplicó su valor. Tampoco ha sido meritoria la política aplicada a ganados y carnes vacunas a punto tal que, sumándole los daños provocados por la sequía, el inventario ganadero disminuyó entre 8 y 10 millones de animales.

Si la visita de la Presidenta a Coninagro redunda en un diálogo fecundo destinado a cambiar las graves inconsistencias de la política oficial respecto del campo, será entonces bienvenida. Si ha servido para manifestar que nada cambiará en las inexpertas manos del aludido secretario, habrá lugar para imaginar la existencia de una nueva maniobra tendiente a dividir a la Mesa de Enlace y continuar con su política contra el sector productivo más dinámico del país.