El Dr. Frank Brentrup, integrante del Centro de Investigación de Yara en Alemania, explicó que el aumento de la producción por unidad de superficie es clave para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) cuando se analiza el sistema de forma global.
Además indicó cuál es el aporte real de los fertilizantes dentro de la actividad agrícola, cómo la industria de los fertilizantes ha estado trabajando en la medición y reducción de las emisiones de GEI y cuáles son las acciones que el productor puede tomar para producir con mayor eficiencia y contribuir a la reducción del impacto climático utilizando diferentes tecnologías disponibles.
La huella de carbono es un indicador de la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que se emiten a la atmósfera en una determinada actividad. El Dr Frank Brentrup, responsable de la investigación ambiental en el Centro de Investigación de Hanninghof de Yara Internacional , quien participó del reciente Congreso CREA desarrollado en Córdoba, explicó qué responsabilidad tienen los fertilizantes y cómo pueden contribuir los productores a reducir el impacto climático, en un país como la Argentina, dedicado a la producción de alimentos.
El impacto ambiental de la producción y uso de fertilizantes ha sido objeto de estudio desde hace varios años, sin embargo el foco sobre el impacto climático ha sido introducido más recientemente. Brentrup ha desarrollado la metodología de medición de la huella de carbono para los fertilizantes (Life cycle assesment).
Dicha metodología fue lanzada por Yara en el 2007 y permite identificar los puntos críticos de emisiones y absorciones de GEI durante todo el ciclo de vida de los fertilizantes. Como generalidad, la actividad agrícola sería emisora y los bosques captadores de GEI.
Como referencia vale mencionar que en el mundo la actividad agrícola actual es responsable del 14% del total de las emisiones, mientras que la industria aporta el 40% del total de las mismas.
Al mismo tiempo, los fertilizantes tienen un rol protagónico en el aumento de la productividad. Hoy, cerca del 50% de la población mundial accede a alimentos producidos gracias al uso de fertilizantes minerales.
¿Qué emiten los fertilizantes y cómo se mide?
Durante las etapas del ciclo de vida de los fertilizantes se emiten gases de efecto invernadero (GEI) entre los que están: CO2 N2O, CH4, etc.
Para poder comparar las diferentes emisiones de gases, se ha creado la unidad equivalente kg eqv CO2/Kg N. Lo primero que surge de esta medición es que diferentes tipos de fertilizantes poseen distintas huellas de carbono. Para realizar una correcta comparación entre tipos de fertilizante, se debe contemplar el ciclo de vida completo, es decir incluir todos los puntos críticos comenzando con la producción en fábrica, pasando por la aplicación a campo, hasta las emisiones de GEI que se producen en la cosecha del cultivo.
Yara está en un proceso continuo de mejora en la medición y reducción de la huella de carbono de los fertilizantes –desde la producción de los mismos hasta su logística y aplicación–, y si bien ha logrado reducir las emisiones significativamente, entiende que es necesario continuar profundizando en la mejora.
¿Más dosis de fertilizantes, más gases?
Tanto las dosis exageradamente altas como las bajas tienen un impacto negativo. La dosis a utilizar deberían ser aquellas que nos permitan maximizar la productividad y el beneficio económico.
Visto desde una óptica global, para producir determinada cantidad de alimentos utilizando bajos niveles de intensificación (bajas dosis de fertilizante) necesitaríamos una gran superficie cultivable, incrementando la superficie agrícola actual. Dosis extremadamente altas de fertilizantes (dosis de lujo) generan rendimientos que, aún siendo altos, no compensan las emisiones generadas. Por lo tanto, optimizando las dosis a utilizar, maximizando la productividad, se logra incrementar la eficiencia de la actividad agrícola. De esta forma se evita la expansión de las superficies cultivables en perjuicio de áreas de bosques, selvas y montes, áreas que son naturalmente captadoras de CO2. Está demostrado que la remoción de la vegetación nativa tiene un impacto de aproximadamente un 12% sobre el total de emisiones de GEI. Este balance es clave a la hora de evaluar sistemas productivos, y comparar prácticas agrícolas.
¿Todos los fertilizantes emiten lo mismo?
No sólo no emiten lo mismo durante su fabricación, sino que además existen diferencias relacionadas con la fuente nitrogenada, tipo de aplicación, clima, suelo, manejo. En un extremo estarían los producidos en las modernas plantas de Europa, y en el otro los producidos en ciertas plantas de China, donde se utilizan grandes cantidades de carbón como principal combustible. Entre esos extremos hay un amplio espectro de plantas que fabrican fertilizantes con diferentes niveles de emisiones.
Por otro lado, los fertilizantes basados en nitratos (nitrato de amonio, nitrato de amonio calcáreo, nitrato de calcio), producidos con tecnologías modernas, han demostrado ser generalmente más eficientes y tienden a ser más amigables con el medio ambiente que fuentes ureicas, ya que estas últimas a partir del momento en que son aplicadas en el suelo generan mayores emisiones.
¿Qué garantizan los fertilizantes Yara?
Las plantas de Yara en Europa, están calificadas dentro de las más eficientes en la utilización de energía en el mundo. Por otro lado, Yara ha desarrollado una nueva tecnología de catalizadores que reducen en un 90% las emisiones de N2O en la producción de fertilizantes.
Esta tecnología califica como BAT (Best Avaible Technique) según la EU Directive on Integrated Pollution Prevention and Control (Unión Europea).
Hoy Yara garantiza que la huella de carbono de los productos con base en nitratos, producidos en sus plantas de Europa a partir del 1 de enero de 2010 es menor de 4 kg eqv CO2/Kg N. Estas mediciones están verificadas por DNV (Det Norske Veritas).
Investigaciones recientes demuestran que utilizando fertilizantes Yara junto a los planes nutricionales y herramientas de precisión, se podría llegar a reducir hasta en un 50% la huella de carbono en la producción agrícola.
¿Cómo el productor puede contribuir a reducir el impacto ambiental?
El aumento de producción por unidad de superficie, la eficiencia en el uso de nutrientes y la elección de insumos que tengan una menor emisión de GEI son aspectos a tener en cuenta cuando pensamos en un menor impacto climático. Como recomendación general, se debe tratar de ser eficientes en el uso del nitrógeno (nutriente de mayor consumo en cultivos de cosecha), y ajustar al máximo la demanda real del cultivo con la dosis aplicada, en el momento justo.
Algunas herramientas que ayudan a este ajuste son los análisis foliares, análisis de suelo, herramientas de aplicación variable en función de la variabilidad de lote. Por otro lado se deben considerar otros nutrientes que pueden estar limitando el rendimiento al estar provistos en niveles subóptimos. En lo que respecta al tipo de fertilizantes, como se menciona anteriormente, los que contienen nitratos generalmente son más eficientes y generan menos GEI versus otras fuentes nitrogenadas.
También es importante la estructura del suelo, por eso todas aquellas prácticas que mejoren la porosidad, la infiltración y el drenaje van a ayudar a reducir las emisiones. La compactación tiene un efecto muy nocivo independientemente del fertilizante que se aplique.
El ejemplo del biodiesel:
La medición de huella de carbono es muy importante en biodiesel. Cabe recordar que el objetivo del biodiesel es reducir el impacto climático del combustible. En Bruselas se empezaron a desarrollar los parámetros para esta regulación y se estableció que los biocombustibles, tanto el bioetanol, como el biodiesel, deberían reducir la emisión de gases en un 35% con respecto a los combustibles fósiles, y en un futuro se apunta a que los biocombustibles lleguen a reducir un 60% las emisiones con respecto a los fósiles.
Acerca de Yara
Yara internacional ASA es la compañía número uno en la conversión de energía, minerales naturales y nitrógeno del aire en productos esenciales para la agricultura y el sector industrial. Su liderazgo global en nutrición de cultivos está avalado por más de 100 años de trayectoria en la industria de fertilizantes y la presencia en más de 120 países alrededor del mundo.
La historia de la compañía data de 1905 cuando es fundada en Noruega bajo el nombre de Norsk Hydro con la primera síntesis de fertilizantes nitrogenados. El 25 de marzo de 2004, hasta aquel momento denominada Hydro Agri, pasa a ser una compañía independiente y comienza a llamarse Yara. Un nombre que significa buenas cosechas, un buen año.
La clave de su liderazgo es el conocimiento en nutrición de cultivos aplicado al desarrollo de tecnologías en fertilizantes, herramientas de precisión y planes nutricionales, con el objetivo de incrementar la eficiencia de uso de nutrientes para abastecer la creciente demanda de alimentos.
Frank Brentrup, especialista en medir la huella de carbono