Las transformaciones de nuestra agricultura durante la década del 90, en
especial con la difusión de la siembra directa, permitieron estabilizar, e
incluso mejorar paulatinamente, la calidad de los suelos pampeanos que, en las
dos décadas anteriores, había sufrido un impacto negativo en sus condiciones
físicas, químicas y biológicas debido, principalmente, al laboreo excesivo y la
erosión.
El principal objetivo de la siembra directa es el mantenimiento de una cobertura
vegetal completa del suelo a lo largo del año. El sorgo, al igual que otras
gramíneas, genera residuos con una relación carbono/nitrógeno (C:N) elevada, por
lo cual es de lenta descomposición, permitiendo mantener la superficie del suelo
protegida por un período prolongado.
Por otro lado, la incorporación del sorgo diversifica aún más la rotación,
disminuyendo los riesgos productivos (mayor protección del productor por los
cambios inesperados en los precios y adversidades climáticas).
Al contar con un sistema radical muy desarrollado y profundo, provoca cambios
favorables en las condiciones físicas del suelo, la distribución de los poros
del suelo, generando una gran actividad y diversidad biológica, responsables, en
buena parte, de la mineralización, la formación y el reciclado de la materia
orgánica y nutrientes.
En definitiva, el sorgo fortalece el funcionamiento de los agroecosistemas y
potencia el manejo empresarial.
Así se concluye en un trabajo elaborado por los ingenieros agrónomos Ariel
Alejandro Melin, de la Chacra Experimental Coronel Suárez-Pasman (MAA) y los
M.Sc. Martín Zamora y Natalia Carrasco, de la Chacra Experimental Integrada
Barrow (INTA-MAA).
Adaptabilidad
El sorgo posee una gran versatilidad de uso y de adaptación a diferentes
condiciones de suelo, clima y tecnología. Por eso, para lograr su máximo
aprovechamiento, es fundamental conocer sus requerimientos de nutrientes y agua,
la densidad de siembra óptima según zona y fecha, manejo en la protección del
cultivo, productividad de los diferentes híbridos, entre otros.
A su vez, para lograr una óptima utilización del sorgo en la alimentación
animal, tanto en cantidad como en calidad, no solo se debe conocer el potencial
productivo y el comportamiento fisiológico, sino que, además, hay que tener en
cuenta la composición química, para obtener el valor nutritivo, necesario para
calcular las raciones y la necesidad o no de complementarlo con otro tipo
alimentos.
Un punto fundamental a tener en cuenta para lograr un bajo costo en la ración es
prever con anterioridad el uso que se la dará al mismo, ya que un manejo
diferenciado según tipo, permite atender los requerimiento del cultivo según sus
especificaciones (selección del lote, fecha de siembra, distanciamiento entre
líneas, fertilización), logrando que el cultivar seleccionado exprese al máximo
su potencial, con la consecuente disminución en el costo de la ración.
La elección de sorgos y su forma de utilización (en pie verde, diferido,
ensilado, o grano) va a depender del tipo de sistemas de producción al que
estemos apuntando: cría, recría, engorde, así como a las categorías que lo
utilizarán.
FRASE CON CARITA
"La elección de sorgos y su forma de utilización dependerá del tipo de
sistemas de producción al que se apunte (cría, recría, engorde), así como de las
categorías que lo utilizarán".
Ariel Melin
DESTACADO
Al contar con un sistema radical desarrollado y profundo, el sorgo provoca
cambios favorables en las condiciones físicas del suelo, generando una gran
actividad y diversidad biológica, responsables, en buena parte, de la
mineralización, la formación y el reciclado de la materia orgánica y nutrientes.
Características, en detalle
* Granífero: Los sorgos del tipo granífero son utilizados para aportar
energía en los sistemas de engorde intensivo para suplementación estratégica.
Para la elección del híbrido es fundamental tener en cuenta su adaptación a la
zona, largo del ciclo, fecha de siembra, necesidad de producir de rastrojo de
cobertura y fecha probable de cosecha.
Otras alternativas de destino son la exportación, industrias de alimentos
balanceados, alimentación para aves o panificados para alimentación humana, en
donde la calidad del grano de sorgo será diferente para cada tipo de demanda.
* Silaje: Es una reserva forrajera que aporta un gran volumen fresco, pero
presenta un limitado aporte de proteína y, en muchos casos, también de energía.
El híbrido a elegir para hacer el silaje debería ser del tipo silero azucarado
silero BMR o doble propósito, para obtener un buen equilibrio entre cantidad y
calidad de forraje. Las diferencias en composición morfológica y, en la
proporción, de tallos, hojas y panojas que poseen los distintos tipos podrían
generar diferencias en la composición química y, en consecuencia, en el valor
nutritivo del recurso forrajero. De esta manera, se refuerza el concepto de la
importancia en la elección del híbrido a emplear para producir alimento de
calidad.
Si el destino es la recría, para lograr un aprovechamiento eficiente del
ensilaje es necesario suplementarlo con una fuente de proteína extra, como
expeller, harinas y urea,
entre otras.
En cambio, si se quieren engordar animales de más de 260 kilos de peso vivo, las
demandas y necesidades nutritivas se invierten con respecto de la recría, ya que
el objetivo es la formación del tejido graso. Así, lo primordial es suplementar
con una fuente de energía y, en menor medida, con una fuente de proteína.
Para vacas de cría, la utilización del silaje de sorgo, sin el agregado de
suplementos, sirve solo para mantenimiento del vientre, siendo necesario el
agregado de una fuente de proteína para cubrir los requerimientos en los
momentos --fundamentalmente-- de lactancia y el agregado de una fuente de
energía complementaria, si pretendemos engordar dicha categoría.
* Diferido: Se puede utilizar, básicamente, para alimentar vacas (tanto secas
como preñadas) en la época otoño-invernal hasta la parición/lactancia, momento
donde se debería suplementar con alguna fuente económica de proteína y energía
extra, ya que, a partir de los 30 días de lactancia, los requerimientos de la
vaca son altos.
Los complementos proteicos pueden ser pasturas en base a alfalfa, expeller de
girasol, sales de urea o verdeos invernales.
* Verdeo: La utilización del sorgo forrajero como verdeo estival es muy
interesante, ya que presenta mayor producción que otros verdeos, como mijo y
moha, y se diferencia del maíz por la gran capacidad de rebrote que presenta.
Un aspecto relevante de los cultivares forrajeros actuales es su alta producción
de biomasa, su gran capacidad de rebrote y la alta relación hoja/tallo que
beneficia el aprovechamiento directo por los animales y la posibilidad de
confeccionar henos de mejor calidad nutricional.
Si se requiere un material de alta producción de forraje, para consumir en más
de una oportunidad es deseable elegir un cultivar del tipo forrajero, pudiendo
ser los tipos fotosensitivo, azucarado, sudán o sudán BMR (o de baja lignina).