La siguiente carta fue redactada por el Diputado Nacional por la Provincia de Formosa, Ricardo Buryaile, y dirigida a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, para alertarla acerca del conflicto que involucra la situación de comunidades de pueblos originarios que consideran que sus derechos han sido vulnerados:
“Por la presente me dirijo a Usted en mi carácter de Diputado Nacional por la Provincia de Formosa, a los fines de solicitar la intervención directa del Poder Ejecutivo Nacional en el grave conflicto existente en mi Provincia, extendido ahora con virulencia a la ciudad de Buenos Aires. Conflicto que involucra la situación de comunidades de pueblos originarios que consideran que sus derechos han sido vulnerados.
Conforme es de público conocimiento, a la fecha existen tres cortes de ruta en diferentes puntos de la Provincia de Formosa, a los cuales se ha sumado ahora el reclamo en la Avenida 9 de Julio de esta Capital Federal.
Estas acciones de protesta adoptadas por integrantes de las comunidades aborígenes generan graves perjuicios al conjunto de la comunidad pero, por cierto, no puede soslayarse que ellas tienen como antecedentes los gravísimos hechos sucedidos a fines del año próximo pasado en Colonia La Primavera (donde debimos lamentar la muerte de comprovincianos en situaciones hasta ahora no aclaradas) y también un Gobierno Provincial que permanece autista a estos reclamos, como si el ignorar el conflicto lo hiciera desaparecer.
Lejos de ello, la protesta persiste en el tiempo y aumenta en intensidad y extensión vulnerándose cada vez más nuevos derechos que afectan a innumerables ciudadanos ajenos al problema inicial.
Por su parte, los pueblos originarios de nuestro país cargan sobre sus espaldas una larga historia de violación y desconocimiento de sus derechos llegándose a IGNORÁRSELOS como personas y sujetos de derechos. Hoy se les sigue negándole el más básico de los derechos ciudadanos: el derecho a ser OIDOS POR LAS AUTORIDADES.
Ante ello me permito reivindicar el DIALOGO como único medio que en democracia permite solucionar los conflictos. Seguramente compartirá la Señora Presidente que DIALOGAR no es sinónimo de DEBILIDAD, que ESCUCHAR no es CLAUDICAR, si no la única forma de alcanzar puntos de consenso y acuerdo entre compatriotas.
Por las razones expuestas me permito instar la participación del Poder Ejecutivo Nacional en este conflicto a cuyo efecto pido respetuosamente se reciba en audiencia a los representantes de las etnias aborígenes que se hallan en conflicto a los fines de escuchar sus reclamos y pretensiones e intentar la solución de los mismos.
Sin otro particular, saludo a Usted con consideración y respeto”