Los cereales, el mineral de hierro y el petróleo –los tres commodities más importantes para el funcionamiento cotidiano de las economías del mundo– podrían hacer descarrilar la recuperación el año próximo.

El costo de estos commodities tuvo ya dos picos este año, con alzas de entre 40 y 150% comparado con los mínimos que registraron en 2009, en el momento álgido de la crisis financiera global, y en general analistas y operadores anticipan que habrá nuevos aumentos en 2011. Estos tres grupos de materias primas son cruciales para el mundo, tanto desde el punto de vista económico como político. Por ejemplo, los precios altos de cereales como el trigo, el maíz y el arroz no sólo hacen trepar la inflación, sino que pueden desencadenar turbulencia política por la falta de comida.

El costo del mineral de hierro, que se usa para fabricar acero, es de importancia crítica para la economía global ya que se traslada a los precios del acero y, en última instancia, influye en el costo de productos como los autos y los lavarropas. Lo mismo puede decirse de los precios del petróleo, que avivan la inflación en las estaciones de servicio, pero también se trasladan a lo largo de la cadena de abastecimiento por los incrementos en el costo de la energía y el transporte. El mineral de hierro y el crudo son claves para la rentabilidad de algunas de las más importantes industrias pesadas, incluyendo la minería, la siderurgia y la petroquímica.

El índice de referencia spot Reuters-Jefferies CRB, que sigue una canasta de materias primas, trepó bastante por encima de los 300 puntos, su nivel más alto en más de dos años. El índice subió 65% desde el mínimo de principios de 2009. Si los precios de los commodities siguen subiendo en 2011, como esperan muchos, la inflación podría dispararse en los países emergentes, lo que obligaría a los bancos centrales a ajustar su política monetaria para desacelerar el consumo. En una señal de los peligros que podrían acercarse, China ajustó su política monetaria la semana pasada, respondiendo principalmente al alza en la inflación de los alimentos.

Por otra parte, se estima que los hogares de EE.UU. y Europa, que sufren altos índices de desempleo, dedicarán una mayor parte de sus ingresos a la compra de energía y comida, lo que les dejará menos para otras áreas. El resultado sería una tasa de crecimiento aún más débil para el consumo del sector privado.

Uno de los puntos más críticos para la economía de cara a 2011 es determinar si el aumento en los commodities refleja un shock de oferta o de demanda. Si se debe a un mayor consumo, el auge de las materias primas tendrá poco impacto en el crecimiento económico, ya que simplemente reflejará la fuerte actividad subyacente. Pero si se trata de factores relacionadas con la oferta, las consecuencias podrían ser mucho más severas para la actividad global.
Hasta ahora, los economistas creen que lo que impulsa al alza los precios es una mezcla de factores de oferta y demanda.