Ayer lo hicieron de manera premeditada. Al anticipar que se encontrarán el próximo miércoles para evaluar las “acciones a tomar” ante la crisis del trigo, los ruralistas enviaron un último aviso al Gobierno, donde ayer tenían en estudio nuevas medidas para evitar otro capítulo de la confrontación con el campo.
El miércoles, Mario Llambías (CRA) actuará de anfitrión de sus pares del resto de las entidades rurales: Carlos Garetto (Coninagro), Hugo Luis Biolcati (Sociedad Rural) y Eduardo Buzzi (Federación Agraria). En el comunicado, los dirigentes fueron claros. Avisaron que analizarán acciones “ante la gravísima situación por la que están atravesando los productores de trigo , a raíz de las intromisiones distorsivas del gobierno en el mercado de ese cereal”.
La crisis a la que hacen referencia los ruralistas es que, en plena cosecha triguera, los compradores (tanto exportadoras como molinos) han desaparecido del mercado , y en los pocos negocios que se realizan aplican un descuento en el precio pagado al productor que puede llagar hasta 50 dólares por tonelada , y que eleva las retenciones formales (del 23%) hasta por encima del 40%. Claro que ese “adicional” no va a las arcas estatales. Desaparece en la cadena.
La irregular situación ha sido admitida públicamente por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien implementó algunas medidas paliativas, como créditos a tasa cero para que los chacareros puedan retener la cosecha. Fuentes oficiales anticipaban ayer que posiblemente haya nuevos anuncios por estas horas.
Sin embargo, el Gobierno todavía no da señales de querer encarar el problema de fondo: los compradores, que históricamente se apuraban a adquirir la cosecha de trigo, no hacen lo mismo a partir de que, en 2006, es el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien establece porciones de mercado y habilita paulatinamente las exportaciones del cereal. Este año se estima que quedarán cerca de 8 millones de toneladas para vender fuera del país. Pero se autorizaron apenas 4 millones.
La Mesa de Enlace, que pidió sin éxito una audiencia a la presidenta Cristina Kirchner, quiere meter el dedo en la llaga de esa evidente interna entre Domínguez y Moreno. Pero además en Buenos Aires, principal provincia triguera, pidió a Daniel Scioli que se inmiscuya. Hasta ahora el gobernador viene haciéndose el desentendido.