El Dr. José Ignacio García Hamilton fue mi profesor en mi último año de
carrera en la facultad de derecho de la UBA. Como docente universitario, le
encantaba dar clase, pero también otorgaba un gran espacio a sus ayudantes, a
quienes escuchaba con sincero interés. Al terminar mi cursada, tuve el honor de
ser invitado a formar parte de su equipo de docentes, el cual integré hasta su
fallecimiento, ocurrido el 18 de junio de 2009. A través de estas breves líneas,
buscaré rendir un pequeño homenaje con un sucinto resumen de su vida.
Nacido en Tucumán el 1° de noviembre de 1943, se recibió de abogado en 1969
en la Universidad Nacional de Tucumán y realizó estudios en Brasil y España.
Años más tarde, recibiría su doctorado en la UBA. El periodismo constituyó el
oficio familiar y lo ejerció desde muy joven; primero, en La Gaceta de Tucumán,
diario que fundó su abuelo y dirigió su padre; más tarde, en 1972, con un
periódico propio, "El Pueblo", el cual, por sus opiniones, lo llevó a estar 6
meses detenido entre 1974 y 1975.
Su interés por la historia lo condujo a publicar varios trabajos, entre
artículos y libros. También, a participar en importantes disertaciones, tanto en
Argentina como en prestigiosas casas de estudio del exterior. Su aparición en
programas televisivos y radiales dio gran difusión de la historia a un público
que mostró gran interés en conocer el pasado como medio de comprender el
presente. Su activo rol como docente universitario -tanto en la UBA como en la
Universidad de Palermo- fue el modo más claro de acercamiento de sus
conocimientos a los más jóvenes. En cada proyecto que encaró prevaleció siempre
su pasión por lo que hacía en combinación con su interés por transmitir a los
otros todo aquello que había estudiado e investigado.
Sus ideas y su discurso no estuvieron ajenos a la polémica. Es memorable
cuando, tras la publicación de un libro sobre la vida del Gral. José de San
Martín, en el que sostenía que aquél era hijo de una indígena guaraní, mantuvo
acalorados debates con los integrantes del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Pero también hubo momentos desagradables, como cuando viajó a Cuba en 2006 y
Fidel Castro le prohibió su ingreso a la isla.
Ejerció de abogado en su propio estudio jurídico y ha tenido participación
activa en el campo de la política, siendo en 1991 candidato a Vicegobernador de
Tucumán y en 2007 habiendo resultado electo para el cargo de Diputado Nacional
por su provincia natal, el cual asumió y ejerció de manera sabia y comprometida,
jugando brillantemente un rol bisagra entre la academia y la política, con
participaciones parlamentarias que parecían clases magistrales, devolviéndole al
Congreso el prestigio que otrora supo tener.
Su vasta obra incluye los siguientes libros: "Teatro breve: Azúcar y
Estudiantes" (1984), "Los orígenes de nuestra cultura autoritaria (e
improductiva)" (1990), "Vida de un ausente", biografía novelada de Juan Bautista
Alberdi (1993), "Cuyano Alborotador. La vida de Domingo Faustino Sarmiento"
(1997), "Don José. La vida de San Martín" (2000), "Historia Confidencial" (en
coautoría; 2003), "Simón. Vida de Bolívar" (2004), "Por qué crecen los países"
(2006) y "Juan Domingo. Perón detrás del mito" (2009). Este último, publicado
tras su fallecimiento.
Coché, como le decían sus amigos más íntimos, era un hombre de familia,
casado, con 6 hijos y 3 nietos. Hacía un culto de la amistad y le encantaba el
buen teatro. Era un ferviente defensor de las libertades individuales, la
democracia y la forma republicana de gobierno. José admiraba a Juan Bautista
Alberdi, padre de nuestra Constitución Nacional, sosteniendo que debemos volver
a sus principios rectores, basados en el federalismo fiscal, la igualdad de
derechos ante la ley, el respeto por la propiedad privada y la libertad de
culto, de prensa y de comercio, afirmando que esos principios fueron los que
engrandecieron a la Argentina, atrayendo a grandes masas de inmigrantes.
Como parte de su lúcido pensamiento, sostenía que ". los gobiernos no crean
riqueza, sino que quienes la elaboran son los empresarios que invierten y
producen, y por lo tanto es legítimo que disfruten de sus beneficios, y no que
una administración elefantiásica destine esos recursos al clientelismo y para
perpetuarse en el poder", como así, también, que ".entre nosotros gobernar se
constituyó en sinónimo de regalar los impuestos aportados por la población,
desde sueldos a los ñoquis para retribuir tareas inexistentes, subsidios a
empresarios, prebendas, supuestos planes trabajar y bolsones por favores
políticos.", y que ". la prédica nacionalista fue elaborando el mito de la
víctima: nuestros problemas venían de afuera".
En 2008 se opuso firmemente a las retenciones a las exportaciones de soja,
votando en contra de las mismas en el Congreso. En una entrevista, manifestaba
que: "Nuestra Corte Suprema sostuvo tradicionalmente que el impuesto que supera
el 33 por ciento de las ganancias es confiscatorio y hoy, los productores de
soja, ven que el Estado les lleva casi el 80 por ciento de sus ingresos brutos.
Esto significa la estatización de la renta agraria [.] El gobierno actual debe
rectificar su atropello fiscal, restaurando el estado de derecho y el equilibrio
productivo nacional".
A pesar de la enfermedad que padecía, su aferramiento a la vida y su
apasionamiento con sus tareas hicieron que hasta último momento siguiera
escribiendo, actuando como diputando, dando clases y realizando presentaciones
públicas.
Así era José. Para quienes lo conocimos personalmente, alguien con quien daba
gusto compartir momentos y escucharlo hablar largas horas, tanto por su calidez
como por su sabiduría. En épocas como la actual, en que la sociedad argentina
está retornando al autoritarismo, mentes brillantes como la suya, capaces de
poner luz donde reina la oscuridad, son más que necesarias.
José: tus discípulos te extrañamos, pero seguimos tu ejemplo.