Los profesionales de las Ciencias Agrarias y Agroalimentarias, nos encontramos ante la oportunidad única, de ser ejes activos de un gran cambio socio cultural y productivo, con enormes consecuencias económicas y de re-distribución del ingreso basado en la generación de ingresos genuinos. Algunos desafíos: cambios en los modelos de producción; originación de alimentos sobre bases más sostenibles; enfoque tecnológico en los desbalances en materia medio ambienta; transformación de la dependencia de energías fósiles por energías renovables; necesidad de repensar 180° la administración del agua. Todos grandes y apasionantes temas para trabajar a fondo, e iniciar una nueva década con cambios positivos a partir de la agroindustria.
Repensar el H20 en alimentos
Dentro de los actores de la cadena agroindustrial, existe cada vez más conciencia respecto a “producir conservando”. Esto significa entender y actuar sobre la base de la sustentabilidad y eficacia de los sistemas productivos, cuidando la sostenibilidad del ambiente. Dicho de otro modo, se trata de la necesidad de vivir en el presente, de tal modo que no se ponga en peligro el futuro. Fernando Vilella, Director del Programa de Agronegocios de
¿Dónde está la oportunidad?, pensemos solamente en esto, el Río de
Nuestro consumo diario de agua y alimentos, representa alrededor de 5000 lts por habitante; países más pobres con menor dieta basad en carnes, reducen estos requerimiento. Pero la hipótesis que se plantean los investigadores en agroalimentos, está relacionada con el creciente incremento en: cantidad de habitantes, consumo de alimentos y consumo de carnes. Esto traerá “cambios muy profundos” en los hábitos, pero también en las nuevas formas de producir estos alimentos desde el campo.
Medio ambiente
Solo las crisis y los golpes fuertes generan cambios profundos. Pero, ¿hará falta que eso ocurra? A lo largo de
Hay países que saben que deben cambiar; Estados Unidos representa el 25% del consumo de combustibles fósiles, y solo posé el 5% de la población mundial. Pero países con un alto crecimiento y desarrollo como India y China, también tienen tasas sin precedentes de consumo de petróleo. Otro dato para tener en cuenta: “se está extrayendo más carbón que nunca antes” (“
Cada vez vamos a concientizarnos más en adquirir productos con empaques biodegradables, en no consumir productos con plásticos que van a basurales; y también cada que veamos un río con desagües de aguas sucias provenientes de una fábrica, pensemos que “deberíamos conocer a sus propietarios, y a sus productos, para trabajar uno a uno creando conciencia en que no debemos consumir más esas marcas”. ¿Muy utópico?, puede ser. En menos de 5 años, si releemos nuevamente esta nota, veremos que no lo es tanto.
A lo largo de los últimos años, no hemos logrado tomar muchos buenos ejemplos. Los países que nos han servido como guía, no se caracterizan por ser los que más han crecido, y los que mejor calidad democrática tienen. Desde los buenos ejemplos podemos citar el caso de Suecia, estudiado por P. Senge; ellos a partir del 2006 decidieron distanciarse de algunas economías industriales y de su dependencia del petróleo. Su objetivo es de largo plazo y bien definido: “un plan a 15 años para reducir el uso de combustibles fósiles a cero en el
Readaptar los buenos ejemplos
Las empresas más creativas, también lo están haciendo. DuPont trabaja para reducir desperdicios y emisiones de C2O, generando productos que rompan totalmente la dependencia con el petróleo y el gas natural. Otra empresa interesante en esta línea de acción es Nike; que redujo su “huella carbónica” en más del 75%; pero lo más importante es que tiene la intención de alcanzar “cero desperdicio”, “cero toxicidad” y “100% de reciclabilidad” en todos sus productos para el 2020. ¿Se imagina el posicionamiento internacional de
¿Soluciones?, el mundo ya las tiene, como es el caso de los biocombustibles, en su sano equilibrio con la producción y el acceso a los alimentos a través de precios justos. Las fuentes alternativas, como los combustibles basados en celulosa, provenientes de la industria maderera, y el reciclaje de desperdicios. También se estudia el cambio hacia una economía basada en “el rendimiento de nuestra energía”, más que en la de “capital energético”; lo que equivale a decir “usemos y pensemos en como re-utilizar lo que sobra y se tira. La teoría de W. McDonough y M. Braungart decía que: “todo desperdicio iguale el combustible para ser usado en otro sistema”. Para pensar.
Energías renovables
Al comienzo del trabajo, mencionamos la sostenibilidad de los recursos de una economía y de un país. Cuando uno “rifa el presente”, indefectiblemente deja endeudado el futuro. Un caso práctico es el del uso sin control de la energía eléctrica. Durante los últimos 8 años, nuestro país se ha basado en un modelo económico que evitó la natural ley de los precios relativos, es decir, las cosas valen lo que un funcionario piensa que políticamente valen. La energía eléctrica se mantuvo a precios tan alejados de la realidad, que hasta las represas bajaron a sus menores cotas con tal de generar energía a costos y precios imposibles. ¿Fue sostenible?, no. Datos cuantitativos: Cammesa, la administradora del mercado mayorista, esta fundida, su deuda con el Tesoro nacional alcanza u$s 10.000 Mill. (J.Oviedo, LN, 17/11/09). ¿No habría que pensar en estos temas claves del país, y en los caminos estratégicos que nos marca un nuevo pensamiento global?
Un pensamiento más sistémico
Solo para intercambiar ideas, pensemos que: el mundo se alimenta mejor; el 40% de sus habitantes están en China e India, y ellos crecen en consumo de alimentos en general, y de carnes en particular. La corriente de pensamiento que está a favor del cuidado del medio ambiente, crece a partir de las crisis; serán mal vistos los productos de empresas que no sean “amigables”.
por Ricardo D. Bindi; Agropost Marzo 2010 - Revista del Cons. Prof. de Ingeniería Agronómica