Más allá de todos los impuestos que debe pagar el productor de carne existe otro enorme "impuesto" oculto que no siempre se tiene en cuenta cuando se habla de la asfixia tributaria y administrativa a la que están sometidos los productores de carne bovina y, en especial, los dedicados a la cría.

Lo irónico de esta situación es que esta carga "oculta" ha venido creciendo hasta transformarse hoy en día en la principal sufrida por el productor en cuanto a su magnitud. Esta carga consiste en el deterioro que viene soportando el productor en cuanto al porcentaje del precio de góndola que termina recibiendo efectivamente por la carne que produce.

Debemos tener en cuenta que para que la carne llegue al consumidor final, antes intervinieron distintos eslabones en la cadena cárnica. Los principales eslabones son los criadores, los invernadores, los feedlots , los consignatarios, matarifes, abastecedores, los frigoríficos y, finalmente, los supermercados y carnicerías.

Un reciente estudio de la Sociedad Rural Argentina (SRA) muestra que hoy en día el eslabón productivo recibe apenas un 22% del precio pagado por el consumidor. Hace apenas cuatro años esta cifra rondaba el 30%, mientras que en los años 60 el porcentaje que llegaba al productor era entre 40% y 50%. En los países desarrollados la proporción que llega al productor es mucho mayor, además de los subsidios que recibe.

Esta reducción de participación en el precio final equivale a un impuesto a la venta equivalente a más del 22% de los ingresos brutos (ventas) de los productores, calculado en $ 3500 millones.

No obstante, si para el cálculo utilizáramos otro indicador, como el precio promedio de los 6 principales cortes, entonces la transferencia sería de $ 4100 millones.

Este porcentaje del 22% es superior al derivado de la propia retención sobre carnes (15%) y semejante al de las retenciones sobre los cereales (maíz, 20%; sorgo, 20%, y trigo, 23%), aunque inferior al que corresponde a oleaginosas (girasol, 32%, y soja, 35%). La vigencia de estos porcentajes hace que los ganaderos transfieran un total de US$ 1500 millones anuales, prácticamente igual al transferido por el conjunto de los productores de cereales y girasol.

A pesar de esta semejanza en el porcentaje y en el monto de exacción que sufren tanto estos agricultores como el productor de carne, especialmente el criador, notamos una gran asimetría respecto del análisis y medición que tiene esta problemática en cada uno de estos grupos. Esto se deriva de márgenes de rentabilidad muy diferentes. Además, ante situaciones adversas, el criador no puede pasarse a la agricultura, como ocurre con otras actividades, por lo que está condenado a seguir sufriendo esta pérdida.

Eslabones medios

Sin embargo, lo más notable en este caso es que en la cadena cárnica, quien se queda con la exacción no es el Estado sino los eslabones medios.

En el caso de la agricultura, los derechos de exportación (retenciones) son recibidos por el Estado, quien supuestamente nos representa a todos y vela por el bienestar general y la mesa de los argentinos. En el caso de la carne ni siquiera se cumple eso, ya que los beneficiarios de la exacción son los eslabones medios de la cadena, que representan intereses sectoriales, en desmedro de los ingresos de los productores.

Esta situación fue generada por medidas que vienen siendo dispuestas desde 2003, las que generaron -entre otros efectos- una distorsión del precio relativo de la carne respecto del resto de los productos de la economía.

Mientras la carne en el supermercado y las carnicerías subió 81 % entre 2003 y diciembre, el IPC, que agrupa todos los productos de consumo aumentó, en el mismo período un 76 % y si tomamos mediciones privadas, el incremento sería del 174 %.

La situación actual debe modificarse a corto plazo. El país de la carne pasará pronto a ser importador, ya que se habrá liquidado una de las formas más tradicionales de producción, la que constituye un emblema de nuestra nacionalidad.

Por Eduardo Helguera

Para LA NACION
El autor fue coordinador del Comité de Impuestos de la Sociedad Rural Argentina