Unos  70 manifestantes agropecuarios se apostaron esta mañana frente a la Agencia ONCCA de Salto con la intención de entregar un petitorio al Gobierno Nacional. Antes de ser desalojados por el personal policial, los activistas rompieron el cartel de la oficina, dejaron pintadas con aerosol, pegaron afiches con mensajes intimidatorios y amedrentaron al personal de la ONCCA, arrojando huevos contra la fachada del local.

El presidente de la ONCCA, Emilio Eyras, se mostró muy preocupado por los sucedido en Salto: “estos niveles de intolerancia no permiten construir el diálogo”, señaló el funcionario y agregó: “cuando quienes dicen querer el diálogo recurren a la intimidación queda claro que sus objetivos no son los que dicen tener”.

Según relataron testigos del violento episodio, un grupo de personas arribaron a la agencia a las 11.30 y pidieron una audiencia con el encargado de la ONCCA en Salto. Luego de ser recibidos, se presentaron como “productores autoconvocados” de la localidad de Arrecifes y entregaron el petitorio.

A pesar de haber entregado el petitorio, los activistas se negaron a desalojar el lugar y comenzaron con los desmanes. Inexplicablemente, los “productores”, que reclamaban un mayor federalismo, comenzaron a estropear la fachada, amedrentando  a los empleados de la Agencia ONCCA Salto, que forma parte del proceso de descentralización y federalización del organismo.

“Las agencias y receptorías ONCCA en el interior del país, tienen un papel fundamental en la federalización del organismo, y permiten que los operadores no se tengan que trasladar a Buenos Aires para realizar sus trámites”,  explicó Eyras y reflexionó: “por eso no se puede entender cómo piden más federalismo intimidando  a los trabajadores y rompiendo la fachada de una agencia federal”.

Los empleados de la delegación relataron su asombro cuando visualizaron que uno de los encargados de las agresivas pintadas era un menor de 12 años. “Con el campo no se jode” y “Robo Comercial Agropecuario”, fueron algunos de los mensajes que escribió el joven, mientras los mayores se justificaban diciendo que “ya no los podemos controlar”.

Ante el pedido del  encargado de la agencia Salto, la Policía que arribó al lugar logró disuadir la manifestación

Antes de ser desalojados, los activistas rompieron el cartel de la agencia, pegaron afiches intimidatorios y lanzaron huevos a la oficina generando zozobra e incertidumbre en los empleados