Para el ingeniero Daniel Rearte, coordinador del Programa Nacional de Carnes
del INTA, braford y brangus "son dos razas excelentes para reemplazar hacienda
de inferior calidad en la región del subtropical y para esto afortunadamente el
crecimiento de la ganadería en zonas extrapampeanas cuenta hoy con un potencial
de genética de excelente calidad".
Braford.
El avance de la soja ha obligado a la ganadería a ganar territorios en el norte. De la mano de las razas braford y brangus, la Argentina empieza a incrementar la producción y mejora la calidad de la carne en dichas zonas.
La ganadería desde hace treinta años viene produciéndose a un ritmo sostenido en el norte argentino.
Sin embargo, hace ocho años este proceso se viene dando en forma acelerada de la mano de la soja que empezó a desplazarla hacia zonas donde era impensado poder producirlas. Es así que poco a poco el norte comenzó a ser poblado de la mano de dos razas: bradford y brangus.
De esta manera, la competencia en el país debido al excelente negocio de la oleaginosa, empuja a que las distintas actividades se disputen la misma superficie.
Según los especialistas, la llegada de la ganadería en el norte "era algo que se esperaba para dentro de cincuenta años, pero nunca se creyó que alcanzara esta magnitud".
En definitiva, la Argentina está sufriendo una crisis de oportunidades y la ecuación es muy simple: queremos producir mucho más de todo con la misma superficie, ¿adonde la vamos a incluir?
Legado
Las razas braford y brangus, son dos razas sintéticas que tienen una excelente calidad de carne y una gran adaptación al subtrópico del norte argentino. Esto hace que en los últimos años con el crecimiento de la ganadería en el NEA y en el NOA, hayan aumentado mucho el interés por estos animales.
Las razas británicas se caracterizan por su calidad de carne, ya que es más tierna y más jugosa, pero a partir del paralelo 35° hacia arriba resulta imposible encontrar sistemas eficientes sin tener razas británicas puras, entonces el braford y brangus tienen un agregado en su genética que le da rusticidad y la adaptación al medio que necesitan.
Juan Baque, director ejecutivo de la Asociación Braford Argentina (ABA), sostiene que "el modelo de cría del norte cambió para mejor. Incluso para producir un ternero de más calidad" y esto tiene que ver "con que en el norte no sólo se van a producir terneros de calidad sino que se va a poder recriar y engordar para producir carne en aquellas regiones".
Por su parte, Martín Scala, gerente de la Asociación Argentina de Brangus, afirma que lo que está sucediendo "no es una cosa de ahora, pero la soja empezó por terminar de acelerar el proceso de la llegada de la ganadería hacia el norte".
Para el ingeniero Daniel Rearte, coordinador del Programa Nacional de Carnes del INTA, braford y brangus "son dos razas excelentes para reemplazar hacienda de inferior calidad en la región del subtropical y para esto afortunadamente el crecimiento de la ganadería en zonas extrapampeanas cuenta hoy con un potencial de genética de excelente calidad".
Sin embargo, esta mejora de la ganadería en el norte no es un problema de capacidad genética sino por el contrario las razas del norte tienen una posibilidad de ser mejoradas, pero no sobre todo el stock nacional sino sobre los animales que están en el norte.
Según estudios del INTA, en la actualidad se estima que hay un 30% de la ganadería en el norte. La cual, como mucho, podrá crecer entre 1 millón y 2 millones de cabezas y sobre todo en el NOA. Pero no va a cambiar el reloj de la ganadería argentina, pero si va a mejorar toda la producción y la calidad de la carne.
Hoy la ganadería se desarrolla predominante en la zona pampeana la cual representa el 55% del stock a nivel nacional. Anteriormente un campo en el norte, sin tecnología, era un campo de una vaca cada diez hectáreas. Hoy son campos de una vaca por hectárea. Pero lo que no cambio fue el clima, para eso hay herramientas para transformar esa mayor oferta de forraje tanto de calidad como de cantidad en carne.
Antiguamente los campos del norte eran de baja receptividad, ya que tenían hacienda criolla o cebú puro con lo cual la eficiencia productiva era baja y la carne era de mediana-baja calidad. Hoy la mayor oferta forrajera hay que aprovecharla con la genética y con mejores condiciones para producir un producto final adecuado. Ése es el valor agregado.
Para el director de ABA, "de nada vale tener más pasto en el norte si uno no lo puede aprovechar para producir una carne de calidad y tampoco podríamos hablar de ganadería de reemplazo si yo voy a estar saliendo de la ganadería tradicional que me producía el buen bife argentino".
Para lograr buenos resultados, Baque afirma que "hace falta incentivos y reglas claras. La ganadería es una actividad de mediano y largo plazo distinto es arriesgar en la agricultura donde a los ocho meses tenes la renta y podes hacer las cuentas de tu negocio, pero en la ganadería son ciclos largos", concluyó.
Por su parte, Scala apunta a que "el productor necesita expectativas, como las que hubo entre el 2002 y el 2006, donde fue impresionante el desarrollo ganadero que se dio. Hoy el norte tiene porcentajes de preñez bajísimos, pero eso es porque no se aplica tecnología".
Avance
La ganadería, es el sector que más terreno cedió a manos de la soja. La superficie destinada a la producción de vacuno disminuyó un 80% de su superficie en la región pampeana. De los 12 millones de hectáreas que usa la ganadería, 8 millones son de la región pampeana que es donde se tiene el 66% del stock ganadero.
El impacto de la soja se puede ver precisamente en el stock que en el 2000 era de 62% y hoy disminuyó en un 56 por ciento. En la región del NEA ascendió del 23 al 25 por ciento y, por último, en el NOA subió de 7,5 a 8,1 por ciento, según el último informe del la Dirección de Carnes del INTA.
"El principal efecto de la soja, es que se llevó la superficie que se de-
dicaba a la actividad de invernada tradicional que había en la Argentina",
sostuvo Rearte.
Respecto de la producción por hectárea. El norte no podrá igualar la región pampeana, más dicha producción es superior a la que tenía antes, ya que por hectárea están teniendo más hacienda; es decir, que en provincias como Corrientes, Chaco, Formosa y Salta, la producción es mayor, ya que ese ganado se está quedando en el propio campo.
Sin embargo, Rearte aclara que "la productividad kilo por hectárea es mayor que hace 20 años, lo que no significa que tenga la misma productividad que en la zona pampeana".
¿Qué es lo que paso con la ganadería frente al avance de la soja? El 66% de hacienda que teníamos en la región pampeana era fruto de que en la región del NOA y del NEA, se criaban terneros que se traían luego a la región pampeana para la recría y el engorde. Pero al no haber superficie para dicha actividad la ganadería se queda en el norte.
Un actor que también ayudaba al sector era el comprador que se acercaban a
las ferias para comprar terneros que dejaron de venir porque ahora cultivan
soja.
Por lo tanto, no vienen más terneros del NOA ni del NEA, esos terneros se quedan
y son recriados allá especialmente en el NEA donde aumentó la recría y el
engorde de sus propios terneros.
Sin embargo, los especialistas coinciden en que hoy hay "dos ganaderías que no tienen vasos comunicantes, ya que en el sur se liquida a precios baratos y en el norte para crecer el productor tiene que pagar más para comprar vientres".
Alejandro Liodi, investigador del INTA de Colonia Benítez en Chaco, aseguró que en la región hay cuatro millones de cabezas agrupadas en pequeñas explotaciones de menos de 200 animales y puntualizó que "los productores son muchos y con objetivos distintos".
El año pasado un documento elaborado por la Asociación Argentina de
Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aa-crea), expresó que la
"ganadería
del norte argentino expresa su potencial productivo contribuyendo al desarrollo
de la economía, al aumento del empleo y la calidad de vida de la región".
Para lograrlo entre otras cosas argumenta que debe "generarse una ley que incluya una política clara de habilitación de tierras, que permita incorporarlas de manera racional y sustentable desde lo social, ambiental y económico". De esta manera la región norte asegura el pulmón para producir carne y compensar la disminución de producción que pueda correr en la pampa húmeda. El norte lo que puede hacer es evitar la caída de la producción.
Produccion
El último informe elaborado por técnicos del INTA, respecto de la distribución de la ganadería, sostiene que a pesar de existir un desplazamiento de la ganadería hacia las regiones extra pampeanas, aquella región continúa siendo la principal contenedora de hacienda en nuestro país. Mientras en 1994, previo al boom-de la soja la Región Pampeana contenía el 62,4% del stock, actualmente se estima que el 55,7% se localiza en dicha región.
El NEA, segundo región ganadera del país fue el principal beneficiado de dicho achicamiento, pasando de tener el 21,5% al 25.2% del stock nacional. Mientras que el stock total de cabezas se incrementó un 14 % en los últimos cuatro años, la cantidad de novillos aumentó en el mismo período un 27 por ciento. Esto muestra claramente que gran parte de los terneros que en la década pasada eran llevados a la región pampeana hoy son recriados y terminados en la propia región.
En Corrientes, principal provincia ganadera de la región, el incremento más
importante se da en novillos más que en vacas de cría, lo que indicaría que es
en esta provincia donde más está desarrollándose el ciclo completo como
alternativa a la cría pura.
El NOA es la región donde actualmente la ganadería está mostrando un mayor
crecimiento. Esta expansión es consecuencia de la incorporación de sistemas sil-vopastoriles
y de la implantación de pasturas megatérmicas de gran rendimiento forrajero.
En el período de análisis la participación del NOA pasó de 7,3 a 8,3% del stock nacional lo que significa un incremento de más de medio millón de cabezas. Esta región es sin dudas la que mayor potencial de crecimiento del stock presenta cuando se la compara con el resto de las regiones extra-pampeanas.
Gran parte del crecimiento ganadero viene de la mano de nuevos inversores que se instalan en la región con escala y tecnología, lo que se refleja en índices productivos superiores a los que se observan, por ejemplo, en el NEA.
La región semiárida (La Pampa y San Luis) también tuvo un ingreso de hacienda proveniente de la región pampeana. En este caso el incremento fue del 6,6% al 8,1% del stock nacional. También se observa un crecimiento regional importante en la Región Patagónica, principalmente en las cuencas ganaderas del valle inferior del Río Negro.
Buenos Aires Económico