ESTABILIDAD DE CULTIVARES DE SOJA CULTIVADOS EN LA REGION PAMPEANA SUR PARA RENDIMIENTO DE GRANO
Giménez F., Gómez, P y Tomaso, J. C. - EEA INTA Bordenave, CC 44.CP:8187 - Bordenave. Bs. Aires
INTRODUCCIÓN
La soja es el principal cultivo de Argentina, tanto por la superficie
sembrada 14,5 millones de hectáreas y su producción de 31,5 millones de
toneladas, como por el ingreso de divisas que genera. En la región Pampeana Sur
se siembran los cultivares pertenecientes a los grupos de madurez II, III y
IV. La evaluación de cultivares en diferentes ambientes se realiza con el
objetivo de recomendar a aquellos de mejor comportamiento a través de todos los
ambientes de una región determinada.
La interacción genotipo ambiente (IGA) surge como resultado de los cambios en el
ordenamiento de los cultivares al cambiar el ambiente y complica el proceso de
evaluación y recomendación de cultivares. La existencia de la IGA reduce la
correlación entre el genotipo y el fenotipo y dificulta la apreciación del
potencial genético de los cultivares (Comstock y Moll, 1963 citado por Kang y
Gorman, 1989), manifestándose en mayor medida en caracteres de baja
heredabilidad, como lo es el rendimiento de granos.
Si bien un cultivar de soja determinado se cultiva en una zona delimitada por la
latitud según sea el grupo de madurez al que pertenezca, dentro de cada zona
existen condiciones agroecológicas muy distintas. De este hecho se deriva la
necesidad de que para que un cultivar se difunda en el mercado tiene que
mantener una buena performance en el rango de ambientes en los cuales se cultiva
(Lúquez y Suárez, 1994). Frente a esta situación, la estrategia más usada por
los mejoradores para cumplir con este objetivo, es seleccionar genotipos de buen
comportamiento en un intervalo de condiciones ambientales lo más amplio posible
y que además, presenten respuesta frente a mejores condiciones ambientales
(estabilidad agronómica). Esta estrategia supone la conducción de ensayos
repetidos en el espacio y el tiempo, y la posterior evaluación de los mismos en
forma conjunta.
La estabilidad de un cultivar para cualquier carácter indica la consistencia de
su comportamiento a través de los ambientes, que es afectada por la presencia de
la IGA. Existen varios criterios para estudiar el comportamiento de genotipos a
través de ambientes. Los métodos univariados, basados en el análisis de
regresión lineal simple, han sido los más utilizados. Los métodos multivariados,
que se basan en el análisis de una matriz de valores estimados de los efectos de
la IGA, requieren un análisis más complejo y resultan más difíciles de
interpretar. Es posible estimar parámetros de estabilidad y adaptabilidad para
determinar la superioridad de genotipos individuales en el rango de ambientes en
el cual se cultivan. Debido a que la mayoría de los métodos univariados para
estimar la estabilidad de los cultivares requieren de matrices completas, es
decir, que los mismos genotipos estén presentes en todos los ensayos, se hace
imposible en la práctica tener esta situación, ya que año tras año se produce un
continuo recambio de genotipos dado por el lanzamiento de nuevos cultivares y
desaparición de cultivares más viejos, razón por la cual prácticamente no
existen datos de estabilidad y adaptabilidad de los cultivares comerciales de
soja en Argentina.
Yau y Hamblin (1993), propusieron como medida de estabilidad de un genotipo al
desvío estándar del rendimiento relativo al promedio del ambiente de ese
genotipo. Es una estabilidad de tipo agronómica. Éste es un método de matriz
incompleta. Este método muestra como ventajas, en relación a las tablas de
promedios de rendimientos de cultivares en varios ambientes, que convierte un
simple registro de varianzas de rendimiento a través de ambientes en una
práctica medida de estabilidad agronómica, considera por igual a cada ambiente
en el cálculo del promedio a través de los ambientes, es decir no favorece a los
mejores ambientes y facilita la comprensión de un gran número de genotipos en
diferentes ensayos en distintos ambientes.
Gimenez, F y colaboradores (1998) evaluando la estabilidad y adaptabilidad de
cultivares de soja de los grupos de madurez III y IV, utilizando tres métodos
concluyeron que el método del Rendimiento
Relativo resulta valioso para clasificar a algunos materiales como estables y de
altos rendimientos, evitando así el sesgo que aportan los ambientes de alto
rendimiento al promedio general. Este método también resulto útil para evaluar
la estabilidad del tamaño de grano de cebada cervecera (Serre, M y Cataneo, M) y
la estabilidad en la producción de forraje de los cultivares de avena (Tomaso,
J. C. y colaboradores, 2005).
El objetivo de este trabajo es estimar la estabilidad del rendimiento de granos
de los actuales cultivares de soja que se cultivan en la Región Pampeana Sur.
MATERIALES Y METODOS
Se utilizaron los datos de rendimiento (Kg./ ha. de soja) provenientes de 15
Ensayos Comparativos de Rendimiento (ECR), realizados en diferentes años en la
zona sur de la provincia de Buenos Aires. Todos estos ECR pertenecen a la red de
evaluación de cultivares de soja (RECSO), que lleva a cabo el INTA en forma
conjunta con las empresas semilleros privadas. Los ambientes son las localidades
de Bordenave en tres campañas, Balcarce y Barrow, en las últimas cuatro
campañas, Coronel Suárez en las campañas 2004/05 y 2002/03 y Tandil en la
campaña 2002/03 y Miramar en la campaña 2001/02.
La estabilidad fue estimada por el método propuesto por Yau y Hamblin, el cual
consiste en expresar el rendimiento de cada genotipo en un ambiente en forma
relativa al promedio de todos los genotipos en ese ambiente, asignándole a este
último el valor 100. Esto puede ser expresado como RR = 100 x Rij /R.j, donde RR
es el rendimiento relativo; Rij es el rendimiento registrado del cultivar i en
el ambiente j y R.j es el promedio en el ambiente. El desvío estándar, calculado
como la raíz cuadrada de la varianza de los rendimientos relativos de cada
cultivar a través de los ambientes, es la medida de la estabilidad.
RESULTADOS
Los cultivares que posean mayor rendimiento relativo promedio a través de los
ambientes y menor desvío son los deseables, ya que son los más estables.
Los resultados de los cultivares pertenecientes al grupo de madurez IV evaluados
en la RECSO se muestran en la Tabla 1. Los cultivares están ordenados en forma
descendente según su promedio relativo a través de los ambientes. En esta tabla
se observa que entre los promedios de los rendimientos relativos y de los
rendimientos absolutos no hay una buena correspondencia debido a que hay muchos
cambios en el orden de los cultivares. Esto se debe a que este método le da el
mismo valor a cada ambiente y los promedios de los ambientes son variables con
valores que poseen un rango de 1508 Kg./ha. en la localidad de Bordenave en la
campaña 2001/02 a 4996 Kg./ha. en la localidad de Balcarce en la campaña
2004/05. Los cultivares que poseen un rendimiento relativo promedio mayor que su
rendimiento absoluto promedio evidencian una mayor adaptación a ambientes de
menor productividad como por ejemplo el cultivar ADM 50048. Por el contrario los
cultivares que poseen mayor rendimiento promedio absoluto que el rendimiento
promedio relativo evidencian mejor adaptación a ambientes de alta productividad,
como por ejemplo el cultivar ACA 450 RG. Los cultivares SPS 4900, DM 4870,
FN4-85 RR, Dalia 440, SPS 4500 y A 4613 fueron los que presentaron mayor
potencial de rendimiento con este método.
El valor del desvío estándar por el cual un cultivar es considerado como estable
es subjetivo y cuando mayor es el número de ambientes en el cual fue evaluado el
valor de estabilidad es más confiable. En este trabajo se considera como
estables a los cultivares que posean un desvío de 5. Estos son Dalia 440, A 4505
RG, NA 4553 RG y PI 94B73. El cultivar DM 4600 se destaca por poseer un desvío
de 6 pero esta evaluado en 15 ambientes.
Los resultados de los cultivares pertenecientes a los grupos de madurez II y III
evaluados en la RECSO se muestran en la Tabla 2. Los cultivares están ordenados
en forma descendente según su promedio relativo a través de los ambientes. En la
misma también se observa que hay cambios en el orden de los cultivares. Los
cultivares NA 3005 RG y SPS 3800 son los más estables con un desvío
estándar de 2 y 5 respectivamente. Este último se destaca por su alto potencial
de rendimiento. Los cultivares A 3901 RG, A 3770 RG, ACA 360 RG y A 3401 RG se
consideran como estables, ya que poseen desvíos de 7 y 8 pero están ensayadas en
más de 14 ambientes.
El método del Rendimiento Relativo resulta valioso para clasificar a algunos
materiales como estables y de altos rendimientos, evitando así el sesgo que
aportan los ambientes de alto rendimiento al promedio general. Con este método
se pudo visualizar la estabilidad de los cultivares (por su desvío) y los
rendimientos lo que facilitó la recomendación de cultivares. Se pudo observar
que el grupo de madurez IV posee mayor cantidad de cultivares clasificados como
estables.
La interpretación de la estabilidad tiene algo de subjetividad, debido a que
está influenciada por la cantidad de ambientes en que un cultivar se encuentre
presente. Si bien en los nuevos cultivares los parámetros son orientativos por
estar presentes en menor cantidad de ambientes, dan una idea de la potencialidad
para la estabilidad de dichos genotipos. De otro modo habría que esperar años
para obtener información, la que luego de un tiempo perdería valor, ya que los
cultivares se recambian cada vez con mayor frecuencia.
TABLA 1: Número de ambientes ensayados (NA), promedio de rendimiento relativo (PRR),
desvío estándar (D.E.) y promedio de rendimiento absoluto (PRA) en Kg./ha. de
los cultivares soja del grupo de madurez IV pertenecientes a la RECSO
TABLA 2: Número de ambientes ensayados, promedio de rendimiento relativo (PRR), desvío estándar (D.E.) y promedio de rendimiento absoluto (PRA) en Kg./ha. de los cultivares soja de los grupos de madurez II y III pertenecientes a la RECSO.
BIBLIOGRAFIA
-Giménez, F.J.; Lúquez, J.E.; Suárez, J.C. Estabilidad y adaptabilidad de
cultivares de soja para rendimiento en el sudeste de la
provincia de Buenos Aires. Revista de la Facultad de Agronomía, La Plata
104(2):93-103 2000/2001. dat.num.
-Kang, M.S. and D.P. Gorman. 1989. Genotype x environment interaction in maize.
Agron. J. 81: 662-664.
-Lúquez, J. y J.C. Suárez. 1993. Evaluación de la estabilidad de cultivares
de Triticum aestivum L. Turrialba 43: (1): 42-48.
-Tomaso, J. C., Aquino, H., Gomez, P. C. y Giménez, F. J. Adaptabilidad y
estabilidad productiva de forraje de cultivares de
avena (Avena sativa). XXVIII Congreso de Producción Animal. 19 al 21 de octubre
de 2005. Bahía Blanca.
-Yau, S.K. and J. Hamblin. 1994. Relative yield as a measure of entry performance in variable environments. Crop Sci. 34: 813817.