Aquí se reproduce lo más relevante de esa entrevista:
> “(Me fui de 6, 7, 8 porque) el programa se orientó hacia una radicalización que no comparto. Me pareció bueno para plantear un montón de debates y una agenda que no estaba en ningún medio. No sé si eso se dio por la decisión intensa de Diego Gvirtz, el productor general, o porque, a su vez, hay un Gobierno que empezó a discutir con los medios y creí que los periodistas debíamos dar esa discusión. Pero yo tengo una manera de analizar la realidad que integra e involucra dudas, y en “6, 7, 8” no había mucho lugar para dudar. Era como una cosa de militancia. Yo no podía influir en la producción para que el programa se parezca más a mi forma de ser. Coincidía en algunas ideas de fondo, pero en ninguna de las formas”.
> “(Diego) Gvirtz me insistía “Vos tenés que decir lo que te parece, porque enriquece el programa”. Pero si llega el momento en que tenés que decir permanentemente que el video es acotado o que estamos mostrando una parte de las cuestiones, es que no tenés que estar ahí. Me costó elaborarlo; me preguntaba: “¿Me siento opositora?” Y no”.
> “No soy militante K. Este Gobierno genera políticas económicas y sociales con las que acuerdo. Cuando estaba en el programa de Jorge Lanata, decíamos y criticábamos la ausencia del Estado en la regulación de la economía y la teoría liberal del derrame. Que este Gobierno use recursos públicos para subsidiar a los que no pueden generarse un estándar de vida básico y que intervenga con políticas claras, es lo que yo siempre critiqué que le faltaba al menemismo”.
> “Lo discutía con Gvirtz: en Clarín (en TN) salen oficialistas, pero a “6, 7, 8” no van opositores. No me parecía justo. Tampoco me gustaba personalizar las críticas en ciertos periodistas. Cuando hablaban de los movileros, había una idea de que eran seres sin personalidad, que repetían lo que les decían. Me peleé al aire con Orlando Barone muchas veces por eso, porque los periodistas no funcionamos así”.
> “Barone es el que más hace esas críticas dirigidas. Y también se hace en los informes. Yo respeto a los que piensan distinto, y no es para quedar bien. No coincido con que los periodistas son todos títeres de los medios, porque eso me haría un títere también. Es un trabajo. Nosotros no somos seres superiores. Somos trabajadores. Pero a mí no me gusta ponerme en un rol de juzgar a los demás, porque no me consta que sus razones sean espurias”.
> “Cuando lo escuché (a Jorge Lanata criticando “6, 7,8”), pensé: “¿Desde dónde habla? ¿Desde el canal de Alberto Pierri, al que criticó toda su vida con papeles y fundamentos?”. Dijo que me quería mucho, y me pregunté: “¿Por qué no levantó el teléfono y me habló, como mil veces le hablé yo a él?”. Muchos amigos me llamaron y me dijeron que no les gustaba el programa. No me pareció una actitud de alguien del nivel de Lanata eso de criticarme públicamente, sin llamarme”.
> “Lanata hizo pilotos para Canal 13 y también lo vi hacer críticas contra el monopolio Clarín. Lo vi criticarme en “6, 7, 8” y antes decir que Diego Gvirtz hacía todo perfecto. Me llama la atención su manera de articular la crítica. Lanata fue mi mejor maestro y lo quiero como a mis viejos, aunque no me lleva tantos años. Pero es no tener don de gente criticar en público a alguien que conocés tanto y que sabés quién es”.
> “Hubo un director de un canal de televisión que quiso darme clases de periodismo independiente, y es una persona que se sienta todos los días con Daniel Vila y José Luis Manzano a discutir contenidos. Después me dijeron que había prohibido que yo entrara a ese canal. Algunos, hablando de periodismo independiente me hacen mucha gracia”.
> “Me parece que si es malo que un contenido sea funcional a un gobierno, también es malo silenciar ese contenido para una sociedad, para el pueblo, para los que somos dueños de ese Estado. No sé si es la mejor manera de dar una discusión sobre los medios, de parte del Estado, pero ¿dónde podría darse? ¿En los mismos medios que se quieren contradecir? “.
> “6, 7,8” no pudo ser más criticado. Trabajo en televisión hace 11 años. Me gané un Martín Fierro y un premio en el Festival de Nueva York por un informe que hice en “La Liga”; trabajé en España, conduje programas de mucho éxito y esta es la primera vez que hablaron de mí en los medios. La primera vez que Lanata mencionó mi nombre públicamente fue ahora. No creo que nadie le haya perdonado la vida a este programa”.
“Me dijeron que el video (de una cámara oculta contra el periodista Carlos Pagni) llegó en un mail colectivo. Lo hablamos después de haber estado todos bastante de acuerdo en que no estaba bueno pasarlo. Y menos repetirlo, como pasó. La producción nos dijo que había sido un error, pero nunca lo blanqueó al aire. Nunca hubo algo que dejase claro que fue un error”.
> “No sé quién hizo ese video, pero ponerlo al aire fue un error enorme que nos ubicó en un lugar de vulnerabilidad total como programa, porque no está bueno darle crédito a una cámara oculta cuyo autor no sabés quién es. Nada positivo puede salir de eso”.
> “Por suerte, me siguen llamando desde varios laburos (los medios privados). No creo que me llamen de Canal 13 por el momento, aunque trabajé 2 años ahí, y hasta hace poco, con “Argentinos por su nombre”, y nunca tuve un problema. Me parece que es importante que haya múltiples dueños de medios para que haya diferentes discursos. Eso, para mí, no es una guerra con Clarín, no sé si lo es para otros”.
> “El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hace conferencias de prensa, lo cual me parece positivo. No me agrada que personalice y les diga a los periodistas lo que su medio debería hacer. Pero creo que hay libertad de expresión, porque todo el mundo dice lo que piensa y hay opiniones confrontadas. Ahora, eso de tener miedo es una exageración. Hay quienes dicen tenerlo y ni siquiera investigan. Y los que sí, lo hacen con el respaldo de los medios más importantes del país, no están desprotegidos”.
> “Estoy esperando la sentencia final (de un juicio a la productora Cuatro Cabezas). Estaba contratada hasta enero del 2008, y en junio del 2007 me avisaron que mi trabajo se terminaba, sin ningún motivo. Pensé que me iban a incluir en otro programa, pero no. Pedí que cumplieran el contrato y, en el medio de la discusión, me mandaron una carta documento. Y después se ocuparon de llamar a los medios para que nadie me contratara, lo que me consta, porque me lo dijeron directivos y dueños de productoras. Tuve que mandar una carta documento para que dejaran de hacerlo. Por suerte, no les hicieron mucho caso”.
Conclusión: Es difícil mostrarse equilibrada cuando se viene de un extremo, en un complejo retorno.


