GUALEGUAYCHU.- Del otro, una docena de productores agropecuarios cargados de reclamos. El piquete de Gualeguaychú sigue firme para impedir el paso de transportes con granos y ganado gordo destinado al Mercado de Liniers.

Pero la dureza del reclamo se flexibilizó ayer, cuando una asamblea decidió no impedir el paso del transporte internacional, como habían planeado inicialmente los ruralistas. El gesto que los decidió fue la promesa del presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Alberto Cantero (Frente para la Victoria), de convocar a una nueva sesión el miércoles de la semana próxima. Si no cumple, volverán a la carga.

"Para que después el Gobierno no diga que somos nosotros los que alteramos la paz social, decidimos no entorpecer el transporte internacional, pero seguimos con el paro hasta mañana [por hoy] cuando una nueva asamblea va a decir si levantamos o no", dijo a LA NACION Juan Ferrari, uno de los dirigentes rurales de la zona.

Es consciente de que hoy termina la huelga dispuesta por la Comisión de Enlace rural, pero los productores dicen que de todos modos tomarán sus propias decisiones.

La asamblea reunió a una veintena de productores. Cambiaron la modalidad: hicieron una reunión pequeña, con representantes de cada lugar, que llegan con un mandato de sus bases y así votan.

Al anochecer, cuando se había reunido un centenar de vecinos de Gualeguaychú en el piquete, y los camiones ocupaban 500 metros junto a la banquina, el efecto balsámico del cordero y el vino había terminado y creció la bronca de los camioneros. Con la ausencia de la Gendarmería, creció la posibilidad de un choque, que sólo el diálogo y la paciencia evitaron. Anoche, al cierre de esta edición, los camiones con arroz seguían junto a la ruta, sin poder seguir viaje