El paro agropecuario que rige desde el sábado pasado se está haciendo notar fuertemente en los complejos aceiteros y portuarios de Rosario y alrededores, donde se construyó en los ’90 el mayor polo exportador de granos y derivados del país y tal vez del mundo, con gigantescas plantas de empresas exportadoras como Cargill, Dreyfus, AGD, Bunge, Molinos y Vicentín.

Ayer ingresaron 405 camiones a ese complejo, apenas un 10% de los 4.408 que se habían descargado el miércoles anterior, de acuerdo con el relevamiento que realiza la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Mientras que el martes no hubo arribos por el feriado, el lunes pasado se descargaron 764 camiones.

En la misma semana de 2007 (para comparar con un período más normal, pues el año pasado para esta fecha también había paro), se habían descargado en esa zona más de 5.000 camiones diarios. Los camiones que arriban pueden haber sido pactados hasta 30 días antes, explicaron ayer desde la BCR. Así, el paro se plasma mejor en la ausencia de operaciones en los recintos de las bolsas de cereales.

Si se considera que un camión carga, en promedio, unas 35 toneladas de granos, los 405 que ingresaron ayer a la zona de Rosario sumaron 14.175 toneladas. Es decir, no completan dos bodegas de un solo buque Panamax, los que más usualmente se utilizan por estas inmediaciones, que suelen salir de los puertos del up-river (desde Timbúes, al norte, hasta General Lagos, al sur) con cinco bodegas completas con 40.000 toneladas de granos.

Por ahora, sin preocupación

No obstante, la situación está muy lejos de tener, al menos por ahora, la gravedad que alcanzó en los paros del año pasado, más prolongados en el tiempo y más radicales debido a los cortes de ruta, incluso en los accesos a las plantas del up-river.

Las cámaras Ciara-CEC, que agrupan a las empresas exportadoras de granos, envió una notificación del conflicto a los organismos reguladores internacionales pertinentes (Fosfa, Gafta y Naega), pero desde allí aseguran que se trata de un trámite normal y se realiza rutinariamente ante cualquier complicación que afecte a una terminal portuaria. Sirve, más que nada, para sentar un precedente ante el eventual incumplimiento de alguna empresa, pero es más que nada como para abrir el paraguas, explicaron. “Algo de mercadería está entrando y algo había en stock, de modo que por ahora no el sector no tiene un problema, y tampoco tenemos notificación de que alguna empresa haya tenido que incumplir algún contrato alegando fuerza mayor debido al paro”, indicaron.