El tratamiento profesional de semillas es una práctica disponible desde hace varios años que consiste en la aplicación controlada de terápicos específicos, principalmente inoculantes, sobre las semillas antes de su siembra. Este proceso se realiza en instalaciones especializadas, garantizando precisión en la dosificación, compatibilidad entre los productos utilizados y una cobertura uniforme que asegura la protección y el potencial productivo desde el inicio del cultivo.
Desde una perspectiva productiva, esta tecnología asegura una emergencia más uniforme y vigorosa, lo que es clave en cultivos como la soja, que enfrenta condiciones desafiantes, como altas temperaturas y radiación durante la emergencia. Además, el hecho de contar con semillas listas para ser sembradas, ahorra valioso tiempo al momento de la siembra.
"La elección de un inoculante adecuado y su correcta aplicación son factores clave para optimizar la fijación de nitrógeno y mejorar la nodulación en la raíz principal," destaca Gisela Santella, Gerente de Investigación y Desarrollo de Novonesis. "La combinación precisa de inoculantes y otros productos terapéuticos permite maximizar el rendimiento desde el inicio del ciclo del cultivo. Ese ese sentido, el tratamiento profesional de semillas garantiza que cada semilla sea igual a la otra".
El proceso de inoculación exige precisión y cuidado. Las bacterias presentes en los inoculantes son sensibles a las condiciones ambientales, por lo que resulta fundamental utilizar productos de alta calidad que mantengan su viabilidad desde la producción hasta la aplicación. Asimismo, el menor manipuleo brinda beneficios adicionales en términos de seguridad y eficiencia para los sembradores.
En resumen, el tratamiento profesional de semillas en soja es una inversión estratégica que mejora la sanidad y productividad del cultivo. Con esta tecnología, los productores pueden mejorar notablemente los resultados de su campaña y asegurar una cosecha más rentable.