El presidente de la Cámara de Transporte Pesado (CTP), Héctor Mercado, aseguró que la provisión de diésel mejoró en un 50%. Sin embargo, en su criterio, las filas continúan en distintos departamentos.

En los últimos meses, el país ha estado atravesando por situaciones económicas complicadas debido a la falta de carburantes y dólares. Por ello, algunos sectores se han movilizado, mientras que el Gobierno ha mantenido reuniones para evitar una crisis social.

En entrevista con La Razón Radio, Mercado afirmó que las filas por carburantes son de 24 a 48 horas. “No ha mejorado al 100%, pero mejoró en un 50%. El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) nos sigue mintiendo, siguen las colas”.

El 19 de agosto, el Gobierno acordó ajustar dos decretos para agilizar la importación directa de combustible por parte del sector privado. El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, dijo que apuntan a que los importadores puedan concluir los trámites entre siete y 10 días.

Consultado sobre la posibilidad de que el sector del transporte pesado importe su propio diésel, Mercado dijo que, por ahora, no importará su combustible, debido a que —en su criterio— su sector es el que “subvenciona” la subvención a los carburantes en el país con sus impuestos.

Replicado sobre cuánto implica esa “subvención” del transporte pesado en relación a, por ejemplo, los $us 1.500 millones que erogó el Estado el año pasado, el directivo no pudo precisar la cifra.

Aunque su sector fue uno de los impulsores de la importación directa, descartó que iniciará el trámite de compra directa, pese a que su sector aglutina miles de unidades móviles. “Nosotros hemos pedido al ministro de Economía, (Marcelo Montenegro), de que haya una importación libre”, recordó.

“Le hemos pedido que se abra la importación para cualquier empresario que quiera trabajar. Nosotros, el transporte pesado, somos quienes subvencionamos el combustible. Tenemos un tema impositivo del 13%”, dijo.

A su vez, lamentó que grandes cantidades de combustibles se van a la minería ilegal y al contrabando que no aporta nada al Estado. “Tenemos que ser realistas, vivimos en Bolivia, una gran parte del combustible se va al contrabando y a la minería ilegal y a los que no aportan con impuestos”.